Evidencia científica
Cuando intentas bajar de peso a veces te encuentras con ciertas barreras, una de ellas es el cortisol. Está demostrado científicamente que cuando el cortisol está elevado, a las personas les resulta mucho más difícil adelgazar. Personalmente he podido constatar este hecho tanto en pacientes como en mi propia persona.
La conexión entre el cortisol y el aumento de peso se suele pasar por alto pero verdaderamente es un factor que contribuye a mantener esos kilos persistentes.
El vínculo entre el cortisol y el aumento de peso tiene su origen en el estrés crónico. Cuando estamos estresados producimos cortisol en grandes cantidades, bloqueándose las hormonas que nos permiten adelgazar.
En el siguiente artículo veremos el vínculo entre el cortisol y el aumento de peso, los efectos de la producción excesiva de cortisol y cómo aliviar el estrés de forma natural para que puedas alcanzar tu peso óptimo.
El cortisol es una hormona esteroide producida por las glándulas suprarrenales. Las hormonas esteroides son exactamente lo que su nombre dice que son: esteroides. Hay cuatro clases de esteroides: andrógenos, estrógenos, progestágenos y glucocorticoides. Estos compuestos químicos juegan un papel esencial en el crecimiento, el desarrollo, la diferenciación sexual y la reproducción y tienen efectos variables sobre la actividad cerebral ²
El cortisol se activa en el hipotálamo mediante señales nerviosas y hormonales y, al activarse, las glándulas suprarrenales (situadas encima de los riñones) reciben la señal que llega desde el hipotálamo y producen y liberan a la sangre cortisol en respuesta al estrés. Esta es la razón por la cual el cortisol se conoce como “la hormona del estrés”.
Nuestro cuerpo genera cortisol diariamente como mecanismo de protección. La producción se incrementa durante el día, para estar alerta a posibles amenazas, y se reduce por las noches. Y cuando se produce una situación de estrés, el cuerpo genera más cortisol que de normal.
Casi todas las células del cuerpo tienen receptores para el cortisol, por lo que el cortisol puede hacer casi de todo, estas son sus funciones principales:
Largas horas de trabajo, falta de sueño, problemas con el jefe(a), la pareja, la familia, los hijos… Problemas financieros, falta de tiempo para uno mismo, desconexión de la naturaleza, una dieta deficiente… Son factores estresantes constantes en nuestra vida.
La verdad es que nuestro estilo de vida moderno está lleno de estrés, y nuestro cuerpo no fué diseñado para vivir en modo de lucha o huida todo el tiempo. El estrés crónico puede llevarnos a tener problemas de salud.
El cuerpo humano no está diseñado para sufrir estrés a largo plazo. Un cuerpo con estrés crónico enfermará con el tiempo.
El cortisol estimula el metabolismo de las grasas y los carbohidratos para darle a tu cuerpo un chute de energía mientras se prepara para luchar contra una amenaza. Las hormonas del apetito como la grelina aumentan naturalmente para indicar a tu cuerpo que necesita más combustible para satisfacer la demanda de energía.
La producción de cortisol desencadena antojos de alimentos que son una fuente de energía rápida, como los carbohidratos simples. Los carbohidratos simples, como el azúcar, el pan, la pasta, las galletas, los helados… se transforman en glucosa e ingresan rápidamente al torrente sanguíneo para obtener una breve explosión de energía.
Hemos evolucionado mucho como especie aunque nuestros mecanismos internos siguen siendo los mismos. En nuestros días de cazadores-recolectores, una pieza de fruta (y con suerte algo de miel) sería nuestra fuente de energía de liberación rápida. Pero actualmente, solo tenemos que ir al supermercado y comprar cualquier chuchería. Ojalá nos saciaramos con una manzana como harían nuestros ancestros pero lo cierto es que cuando hay estrés se nos hace muy difícil renunciar a esos antojos de carbohidratos.
Como sabemos, los niveles de cortisol aumentan en momentos de tensión. Si te encuentras bajo estrés crónico, tu cuerpo siempre está en modo de lucha o huida y está buscando chutes rápidos de energía para combatir el peligro.
En este artículo te cuento cómo funciona el cerebro cuando tenemos ansiedad.
Sin embargo, esto puede convertir el picoteo azucarado en un hábito.
El cortisol también hace que tu cuerpo eleve los niveles de insulina. La insulina capta la glucosa en sangre y la lleva a las células. Si las células ya tienen suficiente glucosa, la insulina capta esa glucosa y la lleva hacia el hígado donde se almacena en forma de glucógeno. Cuando los almacenes de glucógeno están llenos, tu cuerpo metaboliza la glucosa en grasa y lo almacena en los tejidos adiposos.
Cuando los niveles de glucosa en sangre bajan, vuelven de nuevo las ganas de comer alimentos grasos y azucarados. Por lo que se convierte en un círculo vicioso.
Y por si fuera poco, estos alimentos reconfortantes también hacen que tu cuerpo libere dopamina y serotonina, que tienen un efecto calmante.⁴ Por lo que el cuerpo, para calmar el estrés recurre de forma natural a este tipo de alimentos ricos en azúcares y grasas que nos hacen engordar.
El cortisol y el estrés crónico afectan demasiado a tu cuerpo como para dejarlo pasar por alto. Además de la ganancia de peso, demasiado cortisol puede suprimir el sistema inmunológico, aumentar la presión arterial, disminuir la libido y contribuir al acné, a la obesidad y a enfermedades crónicas como el Alzheimer, las enfermedades cardíacas, la diabetes, la depresión y el asma.
Sabemos que el estrés es malo para el cuerpo pero realmente no somos conscientes de lo pernicioso que es el estrés prolongado en nuestro cuerpo. No estamos preparados para estar continuamente en modo de lucha o huida. Ya lo he comentado antes, pero es importante resaltar este hecho.
Las glándulas suprarrenales juegan un papel importante en el proceso metabólico, al igual que la tiroides.
El estrés crónico suprime tu sistema inmunológico, en parte, para que tu cuerpo pueda concentrarse por completo en superar el factor estresante y, en parte, porque el estrés causa inflamación. Tu sistema inmunológico se ralentiza para prevenir un estado de inflamación crónica.
Imagina que experimentas múltiples episodios de estrés crónico, lo que va a hacer tu sistema inmunitario es acelerarse y ralentizarse de continuo. Cuando sufres estrés crónico corres un mayor riesgo de que tu sistema inmunológico reaccione de forma exagerada y desencadene una respuesta autoinmune.
Como parte de la supresión de su sistema inmunológico, el cortisol debilita las barreras primarias de tu sistema inmunológico: la barrera hematoencefálica, los pulmones y la barrera intestinal.
Una barrera intestinal debilitada conduce a una mala absorción intestinal y a un intestino permeable, lo que te pone en el camino hacia una enfermedad autoinmune. Un intestino permeable es aquel cuyo tejido epitelial está debilitado y deja pasar moléculas de mayor tamaño al torrente sanguíneo, lo que genera una respuesta agresiva del sistema inmunitario, que es incapaz de diferenciar entre un invasor extraño y su células.
Lo habrás escuchado en muchas ocasiones, el estrés no es malo.
El eustrés es el estrés bueno, que se activa para resolver un problema puntual. Nos permite tener respuestas rápidas y máxima concentración y enfoque en momentos puntuales.
El problema viene cuando sufrimos de distrés, es decir, un estrés prolongado que nos genera incomodidad, malestar y tenemos la sensación de bloqueo y distracción. Con distrés tendemos a procastinar. Y con el distrés llega la fatiga, la extenuación y el agotamiento.
Puedes aliviar el estrés de las siguientes maneras:
He sufrido mucho estrés y ansiedad a lo largo de mi vida y sé de primera mano lo que supone vivir con ello y cómo afecta al peso. El vínculo entre el cortisol y el aumento de peso se remonta al estrés crónico. Es por este motivo que en mi programa Adelgazamiento Consciente abordamos también el estrés y la gestión de las emociones.
Este programa te brinda las herramientas nutricionales, la suplementación necesaria y el acompañamiento diario individualizado que necesitas para eliminar esos kilos de más de una vez por todas.
No se puede eliminar el estrés por completo, es una parte natural de la vida. Sin embargo, puedes aprender a vivir con él, calmarlo y aliviarlo para que no te afecte en tu peso y salud.
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