Comer por ansiedad: así afectan las emociones a la forma de alimentarte

síntomas de la ansiedad
Alimentación Consciente

Tabla de contenidos

He sufrido mucha ansiedad a lo largo de mi vida y sé perfectamente lo que es estar nerviosa y comer cualquier cosa que tengas delante. Y como a mi, es algo que le sucede a muchas más personas. De hecho, si se profundiza en la vida de una persona con sobrepeso u obesidad, la ansiedad acaba saliendo a relucir en muchos de los casos.

Hay una relación directa entre ansiedad y compulsión por la comida. Voy a tratar de explicar de la forma más sencilla posible qué es lo que pasa en nuestro cuerpo y a nuestro cerebro cuando comemos por compulsión de forma totalmente inconsciente y sin control. Vamos a ver cómo las emociones influyen en nuestra alimentación y lo que supone que la ansiedad se haga dueña de nuestras vidas.

¿Qué es la ansiedad?

El estrés a priori no es tan malo, de hecho, es un mecanismo que nos ha permitido sobrevivir como especie.

El estrés es la respuesta natural asociada al miedo que el organismo activa ante una amenaza y que nos ayuda a responder de la mejor manera posible ante un desafío o peligro. Es el mecanismo de lucha-huida que ha perdurado hasta nuestros días. O luchas contra el león que te ataca o huyes de él.

Sin embargo, el estrés se convierte en un problema cuando se activa ante problemas menores de nuestro día a día. Cuando el estrés deja de ser puntual por una situación problemática determinada y se hace constante en nuestras vidas. Al estrés prolongado en el tiempo lo llamamos ansiedad.

¿Qué le pasa a mi cerebro cuando tengo ansiedad?

En la parte más profunda del cerebro se encuentra la amígdala. que está situada en el sistema límbico, una parte muy primitiva
del cerebro, y es la que procesa toda la información que recibimos de los sentidos ante una posible amenaza y decide si es peligrosa o no. Cuando la amigdala considera que sí lo es, manda un mensaje a otra parte del cerebro llamada «hipotálamo».

En el hipotálamo se regula también el sueño, el sexo y la alimentación, factores que se ven afectados cuando tenemos ansiedad.

cómo funciona el cerebro cuando tenemos ansiedad

A continuación, el hipotálamo le manda un mensaje a la hipófisis y ésta lo envía a las glándulas suprarrenales, que dan salida a tres hormonas que se liberan en la sangre y llegan a todo el cuerpo para controlar la respuesta al estrés. Estas hormonas, conocidas como las hormonas del estrés son: la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol.

La adrenalina y la noradrenalina hacen que aumente la concentración de sangre en las extremidades, el consumo de oxígeno, el ritmo cardiaco, la sudoración, se dilatan las pupilas, se relajan los músculos gastrointestinales y se eleva la presión arterial, entre muchas otras cosas.

El cortisol aumenta el nivel de glucosa en sangre para nutrir el organismo, consume las reservas del cuerpo para liberar más energía, y disminuye la respuesta inmunológica con el mismo objetivo.

Todas estas funciones hacen que el cuerpo se prepare para atacar, luchar contra la amenaza o bien huir.

La adrenalina y la noradrenalina son hormonas de activación rápida, son las primeras que se liberan en el organismo y tardan unos pocos minutos en desaparecer. La hormona que nos genera más problemas es la hormona del cortisol que tarda más tiempo en liberarse y se distribuye por el cuerpo cuando la cosa se ha puesto realmente seria. También tarda horas en desaparecer. Es posible que el susto se haya pasado pero el cortisol sigue por tu cuerpo danzando.

En pocas palabras, lo que hace el cortisol es coger toda la energía que tenemos y bloquear todo lo que no nos es útil en ese momento, como el sistema reproductivo, el digestivo o el inmunitario, para poder sobrevivir sí o sí. Es decir, que cuando nuestro sistema nervioso simpático se activa, nuestro organismo tiende a paralizarse ¿Imaginas cómo puede afectar esto a tu salud cuando día trás día el organismo se bloquea?

El cuerpo humano está diseñado para soportar momentos puntuales de estrés pero no para soportar estrés de forma continuada y sostenida en el tiempo. Un cuerpo estresado tiende a enfermar.

A nivel digestivo, cuando el sistema nervioso simpático está ativado durante mucho tiempo: digerimos peor, absorvemos los nutrientes peor, eliminamos toxinas peor y tendemos a estreñirnos. Aunque no siempre es así. El estrés también nos puede dar diarrea.

La ansiedad mantenida en el tiempo origina la patología del intestino irritable que combina periodos de estreñimiento con diarrea.

¿Qué nos genera la ansiedad?

La mayor parte de las cosas que nos generan estrés son tareas cotidianas. No son situaciones en las que verdaderamente estemos en peligro.  Sin embargo, para nuestro cerebro sigue funcionando igual que si nos atacara un león en la sabana.

En general, nos sentimos estresados cuando pensamos que no tenemos los recursos necesarios para afrontar una situación. Uno de los recursos que consideramos que más nos falta es el tiempo. A cuántas personas conoces que constantemente dicen: ¡No tengo tiempo! Muchas, ¿verdad?

Detrás de la ansiedad está el miedo.

El 90% de lo que pensamos que pasará y nos genera miedo, no se llega nunca a cumplir.

Cuando tengas ansiedad piensa en el miedo que hay detrás y relativiza la situación. Aquello que imaginas que podría pasar, en la mayoria de las veces no sucede.

¿Qué pasa si sentimos mucho estrés o ansiedad de forma prolongada?

Pues que la amígdala estará constantemente activándose, y el cóctel hormonal (adrenalina, noradrenalina y cortisol) nos empezará a saturar.

En una situación de ansiedad generalizada, la amígdala se encuentra alteradísima de tanto como se ha hiperactivado. En este estado pierde la capacidad de distinguir si el estímulo es realmente amenazante o no, así que, por si acaso, siempre acaba activándose, identificando como una amenaza todo aquello susceptible de serlo sin discriminar si es un león lo que tienes en frente o un montón de tareas por hacer.

Síntomas de la ansiedad ¿Qué le pasa a mi cuerpo?

La ansiedad se manifiesta en nuestro cuerpo de distintas formas y grados. Puede que un día la ansiedad se te manifieste con sensación de ahogo y otro día se te entumezca un brazo.

A cada persona la ansiedad se le manifiesta de una manera distinta también. Por lo general, la ansiedad tiene la siguiente sintomatología:

• Hipertensión
• Dolores de cabeza, migrañas
• Dolor muscular, bruxismo
• Nauseas, mareos
• Visión borrosa, temblor de ojos
• Caída de pelo
• Opresión en el pecho
• Sensación de ahogo y nudo en la garganta
• Parestesias
• Sequedad de la piel
• Problemas en las tiroides
• Apatía, extremo cansancio
• Disminución de las defensas
• Problemas estomacales
• Irritabilidad
• Alteraciones del sueño
• Alteración del ciclo menstrual
• Trastorno alimentario
• Bloqueo mental
• Deterioro del sistema inmune

Síntomas de la ansiedad

La ansiedad no te mata, aunque cuando la vives muy de cerca puedes llegar a sentir que te estás muriendo. Y no es nada agradable.

¿Por qué como impulsivamente cuando tengo ansiedad?

La ciencia ha encontrado una respuesta a esta pregunta. Y es que, cuando la amígdala está constantemente hiperactivada, también incrementa la impulsividad. Estar estresado hace que no razones tanto las cosas y que te dejes llevar más por las emociones.

Cuando sufres ansiedad, la emoción que prima en tu cuerpo es el miedo, y en él se basarán todas las decisiones que tomes.

Esto hace que cueste mucho avanzar, ya que el miedo oscurece el camino. Verte estancado, dependiente de los demás, te hace ocupar un lugar pequeño en tu mundo físico y personal, te va mellando por dentro, y acabas desgastado e irritado emocionalmente, lo que te llevará a cometer muchas tonterías que no pensabas hacer de manera racional.

Además, el hecho de que lo decidas todo a través de impulsos te lleva a caer en los peores hábitos de alimentación para tu cuerpo.

Por qué comemos impulsivamente cuando tenemos ansiedad

Buscas la gratificación instantánea porque no puedes ver más allá, no atisbas la gratificación a largo plazo que va asociada con ese «cuidarse de verdad». Dejas de razonar y olvidas porqué quieres cuidar tu alimentación.

Decides rebajar la ansiedad comiéndote un trozo de chocolate, yéndote de compras o tomando unas cervezas. El azúcar, el alcohol y el consumismo compulsivo, crea adicción y luego te deja un sabor de culpabilidad en el cuerpo.

Lo que busca el cerebro en todo momento es neutralizar una situación. Cuando tomas una decisión, lo que quieres es salir del estado negativo en que te encuentras; por eso vas a por el chocolate, porque te estás sintiendo mal y quieres aplacar ese sentimiento, encontrarte bien de forma instantánea.

La ansiedad afecta a nuestras capacidades cognitivas

También se ha demostrado que cuando tenemos ansiedad, el cerebro (la amígdala y el hipocampo) está alterado. Esto provoca que siempre estén en modo de alarma, liberando mucho más cortisol del necesario ante amenazas menores.

La memoria y la capacidad de aprendizaje también se ven afectadas.

La corteza cerebral, la parte racional del cerebro, pierde el control de la parte emocional (la amígdala), de ahí que nos cueste razonar y echar el freno, haciendo elecciones conscientes de nuestra alimentación y nuestra salud. Cuando estamos ansiosos dejamos de ser conscientes. Comemos sin control. La corteza cerebral no es capaz de controlar las emociones y la amígdala va a su aire.

Cuando estás estresado también te resulta más complejo tomar buenas decisiones, razonar con todos los puntos de vista posibles, prestar atención, organizar bien las tareas diarias y poseer la capacidad de resolver problemas…

¿Qué puedo hacer para acabar con mi ansiedad?

Hay numerosas actividades que puedes llevar a cabo para relajar tu sistema nervioso simpático activado. Solemos querer apagar el fuego cuando el fuego ya se ha extendido. Relajarse cuando estamos hasta arriba de cortisol está muy bien, pero la clave del éxito está en apaciguar nuestra amigdala a diario. Hacer de la relajación un hábito.

Algunas actividades efectivas contra el estrés y la ansiedad son:

1.- Respiración Diafragmática

2.- Meditación

3.- Escuchar sonidos binaurales

4.- Hacer uso de la tecnología HeartMath

5.- Conexión a tierra descalzo junto a un árbol

6.- Pasear por la naturaleza

7.- Darte un masaje exfoliante, una ducha caliente y untarte con aceite de sesamo caliente.

8.- Charlar con un buen amigo

9.- Yoga, pilates, tai-chi

10.- Usar toda tu creatividad mientras realizas alguna actividad placentera para ti como leer, pintar, cocinar…

En todos mis programas nutricionales además de asesoramiento nutricional, menús, recetas y recursos, se incluye también la gestión de las emociones, el estrés y la ansiedad.

Y si lo necesitas, también podemos tratarlo juntos la ansiedad por comer en sesiones individualizadas. Puedes ponerte en contacto a través de WhatsApp y charlar directamente conmigo.

 

También te puede interesar:

Tags :
Alimentación Consciente
Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *