Detrás de muchos problemas de salud está la toxemia intestinal.
Cuando llevamos una dieta inadecuada, cuando nuestro colon deja de evacuar todos los días a la hora que le corresponde, o después de haber recibido un tratamiento farmacológico agresivo, las bacterias dañinas empiezan a predominar sobre las bacterias “buenas” y se comienza a dar en nuestro intestino una putrefacción y una producción elevada de toxinas dañinas que pueden terminar en nuestro torrente sanguíneo. Cuando las toxinas intestinales llegan a la sangre generan toxicidad corporal que pueden inducir al desarrollo de enfermedades sistémicas alérgicas, autoinmunes, metabólicas, hormonales…
Para evitar la toxemia intestinal necesitamos que nuestro intestino digiera y absorba bien los alimentos y evacúe las toxinas adecuadamente.
¿Sabes cuál es tu nivel de inteligencia digestiva?